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Existen durante miles de millones de años y afectan desde siempre a otros seres vivos complejos, como a los seres humanos. Con los avances médicos y tecnológicos, fue recién en el año 1683 cuando se logró descubrir la primer bacteria. A partir de ese momento fue posible ver efectivamente en un microscopio a esos microorganismos de los cuales, algunas especies son una verdadera amenaza para nuestra salud.
Sin embargo, en esa época eran contadas con los dedos las personas que en el mundo eran capaces de ver esa realidad oculta para el resto de la humanidad. Con este nuevo descubrimiento hubo médicos que afirmaban que esos seres diminutos afectaban gravemente nuestra salud y que era importante tomar medidas para evitar que entren en nuestros cuerpos.

Esto constituyó el principio de la instalación de los conceptos de la asepsia y la antisepsia que hicieran que recién en 1884 (es decir 2 siglos después…) se creara el primer hospital donde se tenían en cuenta con una higiene especializada. Igual, todavía hubo que esperar varias decenas de años más para que todos los hospitales, y el resto de los seres humanos, pudiéramos adoptar en forma completa las medidas de asepsia y antisepsia como prácticas habituales.

Uno de los principales motivos que llevaron a que pasaran siglos para esa adopción es que ese peligro no fuera visible. La gente tuvo que creer en lo que decían los médicos sobre la existencia de amenazas prácticamente invisibles que afectaban la vida y que se resolvían con medidas de limpieza e higiene.

La relación con el ciber mundo es directa.
Hoy en día nos vemos expuestos a una gran cantidad de amenazas virtuales en el mundo virtual.
A pesar de que afectan nuestra vida real, para poder incorporar estos conceptos, necesitamos analizarlo con el mismo nivel de abstracción que nuestros antecesores con los gérmenes y bacterias hace 200 años.
Así como en el 1800 el peor enemigo de la salud de la población no eran las bacterias sino la falta de higiene, hoy el éxito de los ciber ataques se da por la falta de consciencia de los usuarios de sistemas. Hoy como hace siglos, la mayor parte de la gente no puede ver los ciber peligros, solo tiene que creer en lo que le contamos los profesionales que luchamos contra ellos a diario.

Un reciente estudio solicitado por la Oficina del Comisionado de Información del gobierno de Inglaterra, reveló que el 88% de la perdida de datos sensibles se deben a errores de usuarios.
La falta de consciencia por parte de los usuarios que hace que no se tomen las precauciones mínimas necesarias, hace que cometan errores. Lo más común es que dejen información expuesta sin protección, envíen emails con información sensible a direcciones incorrectas o publiquen información delicada en la nube de forma insegura.

Dada la velocidad con la que se incorporan a nuestras vidas sistemas de información vitales, para nosotros individualmente y para nuestra sociedad, hace que no podamos esperar siglos para concientizarlos y adoptar esa medidas en el uso diario de los sistemas.
Los mecanismos de concientización son la mejor forma de acelerar este proceso.
Y tal vez pronto, actualizaremos nuestros sistemas periódicamente, crearemos contraseñas complejas y diferentes para cada sistema, revisaremos cada email y cada mensaje instantáneo antes de hacer clic en los links que vienen embebidos… de la misma forma que tiramos los productos vencidos, nos lavamos las manos habitualmente o nos desinfectamos las heridas cuando nos cortamos.

 

 

Nota por Carlos Benitez

Carlos Benitez es un reconocido experto en seguridad de la información.